domingo

Que no quepa ni un rayo de luz

Que el frío que me cala los huesos me lo quite el calor de tu cuerpo.

 




Acércate y besa mi cintura. Recorre mi piel con los diez dedos. Ven aquí y desviste mis pudores. Llévame a donde desees, donde mi 'pasión no sea un engaño ni mi orgasmo pasajero'. 
 Mira mis ojos y lo que hay dentro de mí, tantas sonrisas, tantas palabras que han sido guardadas. Deja que el tiempo se detenga en el reloj y que la mañana nos sorprenda en la ventana. Siente mis manos frías recorrer tu espalda, mis labios en tus hombros, y enrrédate en mis cabellos mientras te digo lo que me haces sentir.  Al final definiré el color de tus ojos en medio de nuestra canción, sonreiremos de tan perfecta fusión. 










No digas nada, dices con la mirada 
más de lo que crees. 

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