Cerré porque mi inspiración se quedó pegada a la corteza del último árbol en el que me senté a escribir y tuve que mirar mis pasos y voltear un poco hacía atrás para recordar quien era, quien soy y quien quiero ser. Esa Anna que escribe porque le gusta y porque lo necesita.
Regresé para no irme.
Cambié de lugar, cambié de color, cambié en muchos otros aspectos y ahora ya no estoy desafinada como antes, ahora escribo en esos pequeños ratos que tengo libres porque sé que le hace bien al corazón.
Felicidades por tu regreso que era muy esperado y pues, ya está aquí. Gracias por tus letras que me hacen tanto bien. Saludos.
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